Qué ver en Nueva York
Tu vuelo a Nueva York es la antesala de una experiencia única por las calles y avenidas de la ciudad que nunca duerme. Cierra los ojos e imagínate por un momento paseando por esos escenarios que has visto en tantísimas películas de Hollywood, y que están a punto de desplegarse ante ti. Produce vértigo, ¿verdad? Casi tanto como subir a uno de los muchísimos rascacielos que se despliegan por doquier.
Dado que el metro procedente del principal aeropuerto de Nueva York, el aeropuerto JFK, te dejará en Midtown Manhattan, en las inmediaciones de Madison Square Garden —es decir, entre la Séptima y la Octava avenida y las calles 31 a 33—, este punto es ideal para iniciar tu tour por Nueva York.
Por ejemplo, si te diriges hacia Battery Park, podrás contemplar por el camino el insólito edificio Flatiron, de 1902, que atraerá tu atención por su planta triangular y su espectacular altura; en Washington Square, podrás ver el Washington Arch, erigido para conmemorar el centenario de la elección de George Washington como presidente de los Estados Unidos, y Greenwich Village, uno de los barrios más seductores de la ciudad y antiguo punto de encuentro de artistas e intelectuales.
Justo debajo, te aguarda El Soho, donde los edificios de hierro fundido son los grandes protagonistas. En el extremo opuesto, podrás contemplar la herencia de las primeras olas de inmigración italiana en la ciudad: Little Italy. Cada mes de septiembre, las fiestas de San Gennaro, el patrón de Nápoles, hacen que los vecinos se echen a la calle. Por cierto: según dicen, en los restaurantes locales se pueden degustar las mejores pizzas del mundo. Justo al lado, quedan el barrio de Nolita, acrónimo de North Little Italia, y la mítica Chinatown. Un poco más adelante, se halla Tribeca, una zona en la que abundan los antiguos edificios industriales.
Retomando la marcha, llegarás a Downtown Manhattan (o Bajo Manhattan) y al distrito financiero, con el mítico edificio de la Bolsa de Wall Street como buque insignia. Una vez allí, aprovecha para acercarte al World Trade Center —donde se encuentran el One World Trade Center y el 432 Park Avenue, los dos rascacielos más altos de Nueva York— y para pasear por Battery Park, una zona ajardinada de 8 hectáreas desde Bowling Green hasta el río Hudson. Allí podrás tomar un ferry que conecta con Ellis Island y Liberty Island, donde se alza la impresionante estatua de la Libertad. En cualquier caso, la mejor opción para contemplar este monumento desde una perspectiva privilegiada es ir a la South Ferry Station y tomar uno de los transbordadores gratuitos a Staten Island, y que operan las 24 horas. De regreso, dedica un tiempo a conocer por Trinity Church, una iglesia del siglo XVII que, en 1846, pasó a ser el principal edificio neogótico de la ciudad. Desde allí, yendo por Water Street, alcanzarás el icónico puente de Brooklyn sobre East River, que fue durante dos décadas el mayor del mundo.
Otra ruta por Nueva York más que aconsejable consiste en ir de Midtown Manhattan a Upper Manhattan (por ejemplo, caminando por la legendaria Quinta avenida). Este recorrido te dejará un sinfín de estampas inolvidables, como el Empire State Building, desde cuyo mirador podrás disfrutar de las mejores vistas de la ciudad (hasta la construcción de las desaparecidas Torres Gemelas, este fue el techo de Nueva York); el edificio Chrysler, un bellísimo rascacielos de estilo art déco que precedió al Empire State Building como el edificio más elevado de la ciudad; la Grand Central Terminal, una de las estaciones ferroviarias más elegantes del país; la archiconocida Times Square, desde donde los neoyorquinos desafían el frío cada 31 de diciembre para dar la bienvenida al nuevo año; Rockefeller Center, donde tiene lugar el encendido del árbol de Navidad más famoso del planeta; los teatros de Broadway, cuyos neones dibujan una de las estampas más genuinas de la Gran Manzana; la New York Public Library (1911), en la Quinta avenida con la calle 42, una impresionante biblioteca, y Central Park, el pulmón verde de Manhattan.
Un poco más arriba, te toparás con el barrio de Harlem. Si tu viaje a Nueva York te permite estar allí en domingo, te recomendamos madrugar para asistir a una misa de góspel. A pesar de que su duración es mayor que las ceremonias católicas de los domingos —y que no siempre se permite a los asistentes marcharse antes de tiempo—, vale la pena escuchar sus magníficos coros.
En cuanto a los museos de Nueva York, te aseguramos que tienes donde elegir. Dos de las instituciones que no puedes perderte son el American Museum of Natural History, que abre sus puertas entre Central Park West y la calle 79 oeste, y el Solomon R. Guggenheim Museum, entre la calle 89 y la Quinta avenida. A esta lista se suman el Metropolitan Museum of Art, cuyo interior acoge un templo egipcio, y el Museum of Modern Art (MoMA), donde podrás contemplar de cerca obras maestras de la pintura, como La noche estrellada, de Vincent van Gogh; Las señoritas de Aviñón, de Pablo Picasso; La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí, o las Latas de sopa Campbell, de Andy Warhol. Fuera de Manhattan, en el distrito de Brooklyn, tienes el Brooklyn Museum (en 188 Eastern Parkway), uno de los museos más importantes de Estados Unidos.
¿Te apetece relajarte antes de tu viaje a la Riviera Maya? Si es así, te recomendamos pasear sin prisas por High Line, entre las calles de Gansevoort y la 34. Inaugurado en 2009, este parque lineal de 2,33 km se extiende a lo largo de lo que fue la línea de ferrocarril elevado Est Side Line, de la extinta compañía ferroviaria New York Central Railroad.
Y si antes de despedirte de la ciudad de los rascacielos quieres ir de compras por Nueva York, pásate por los grandes almacenes Macy’s. Tampoco podemos olvidarnos de Diamond Row, entre la calle 47 y la Quinta avenida, con la mayor concentración de joyerías de la Gran Manzana. Eso sí: los precios son estratosféricos.