Qué ver en Berlín
Bienvenido/a al norte de Alemania, tu primera parada de tu viaje combinado por Berlín y Praga. Una vez te hayas instalado en tu hotel, es hora de explorar los sitios más interesantes de esta ciudad. Empecemos por el que se considera uno de los símbolos del país: la Puerta de Brandenburgo. Fue erigida en el siglo XVII, encomendada por el rey de Prusia. Este majestuoso monumento de estilo neoclásico es un punto de partida perfecto para empezar a descubrir la capital. Camina por el Tiergarten, uno de los parques más conocidos de la ciudad. Aquí podrás subir al Siegessäule, el monumento conmemorativo de la victoria prusiana en la guerra pruso-danesa, visitar el idílico palacio de Bellevue o tomarte una cerveza en el Café am Neuen See, localizado junto a un pequeño lago.
La siguiente parada es el actual Parlamento de Alemania, o Bundestag, conocido por la singular cúpula de cristal que se encuentra en su centro. Sube por la rampa y llega a la cima para admirar esta obra de ingeniería en todo su esplendor. Si quieres seguir conociendo la Berlín imperial, te recomendamos una visita al palacio de Charlottenburg, que lleva el nombre de Sofía Carlota, reina consorte que murió prematuramente a los 36 años. En honor a ella, se alza este edificio lleno de historia. Descubre su interior barroco y rococó o pasea por sus jardines si el día lo permite.
Y viajamos en el tiempo para descubrir algunos de los lugares más significativos de la historia del siglo XX. Sin duda, uno de los lugares más conocidos es el East Side Gallery, que no solamente representa uno de los tramos más largos en pie del muro de Berlín, sino que también es una oportunidad para admirar algunas de las obras de arte al aire libre más conocidas de la ciudad. A lo largo de sus 1,3 km, encontrarás grafitis tan conocidos como el beso de Brezhnev y Honecker o las caras de Thierry Noir. Otro sitio singular es el Checkpoint Charlie, frontera entre la zona americana y soviética durante la guerra fría. Este fue el paso fronterizo entre la Alemania del Este y del Oeste entre principios de los años sesenta y finales del ochenta, momento en el que cayó el muro de Berlín. Dentro de este edificio histórico podrás entender cómo era el día a día de los ciudadanos en esta época tan convulsa. Y no nos podemos olvidar del monumento a los judíos de Europa asesinados, creado en 2009 por Peter Eisenman. En una gran explanada se encuentran estas más de 2000 losas con distintas alturas; caminar en medio de ellas provocará cierta incomodidad y confusión, representación de cómo el holocausto instauró un sistema que desconectó completamente con la razón humana. En una sala bajo tierra se halla el punto de información, donde están grabados los nombres de todas las víctimas de religión judía que dejó el nazismo.
Si te estás preguntando qué ver en Berlín además de sus monumentos más importantes, debes saber que sus museos son una atracción a la altura de los sitios más importantes de la ciudad. En la Isla de los Museos están gran parte de ellos, empezando por el Museo de Pérgamo. Como su nombre sugiere, la pieza más importante que se encuentra aquí es el altar, dedicado al dios Zeus, que se encontró en la ciudad homónima. Además, podrás admirar grandes construcciones de la época clásica como la puerta de Ishtar o una copia del Código de Hammurabi. El Neues Museum, reconstruido después de ser destruido durante la Segunda Guerra Mundial, alberga piezas increíblemente importantes del antiguo Egipto, como el busto de Nefertiti, o exhibiciones sobre la Prehistoria.
Aquí también se encuentra la catedral de Berlín, erigida a finales del siglo XIX. La impresionante construcción de estilo neobarroco consta de una cúpula de 85 m de alto y contiene la cripta de los Hohenzollern, la dinastía que encomendó este majestuoso edificio.
Al otro lado de la orilla, darás con la Alexanderplatz, uno de los puntos más turísticos de la ciudad por la cantidad de monumentos emblemáticos que aquí se encuentran. Empecemos por el más alto de todos: la Torre de la Televisión de Berlín. Se trata de la más alta de toda la Unión Europea, por lo que no es de extrañar que sus 368 m de altura ofrezcan unas vistas de escándalo. Por otro lado, hallarás el llamado Reloj Mundial, una construcción en el corazón de la plaza que, mediante un mecanismo de precisión, da la hora de todos los husos horarios del mundo. Además, también será interesante una visita a Marienkirche y al Ayuntamiento, conocido popularmente el Palacio Rojo por estar hecho de ladrillo.
Camina por Unter den Linden para conocer un bulevar que ha actuado como puntal de la cultura de la ciudad. Y no es de extrañar, ya que aquí se encuentra la Ópera de Berlín, erigida originalmente en el siglo XVIII. Crúzate por el antiguo palacio de los Hohenzollern, o descubre el edificio de la Nueva Guardia de Berlín, un monumento para los caídos de la guerra y creado por Karl Freidrich Schinkel.
Desvíate hacia Potsdamer Platz; esto llevará tu circuito combinado por Berlín y Praga a la vanguardia del siglo XXI, en una plaza espectacular que se ha convertido en el epicentro de la tecnología. En gran parte esto se debe al Sony Center, un edificio majestuoso en el que se celebra cada año la Berlinale y sede de la discográfica en Europa.
Pero uno de los encantos de la capital de Alemania son los contrastes presentes en sus variopintos barrios, como es el caso de Kreuzberg. Conocido como el barrio turco, aquí se han reunido históricamente colectivos de artistas underground y toda la subcultura okupa. Pese a que estos tiempos se han difuminado a causa del incremento de precios en la ciudad, aún encontrarás un ambiente juvenil y alternativo, con numerosas tiendas de segunda mano e incluso un mercadillo callejero. Pero si prefieres tomártelo con calma, puedes optar por un paseo en barco por el canal, una buena forma de relajarte después de un día conociendo Berlín.