¿Qué ver en Salamanca?
Los principales lugares de interés en Salamanca se hallan en su espectacular centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988. El punto neurálgico es la Plaza Mayor, a la que algunos expertos en arte se refieren como la mejor diseñada de España. Erigida en 1729 y concluida en 1756, es de estilo barroco y se ha convertido en el centro de la vida social salmantina. Salpicada de agradables cafeterías y terrazas, es un espacio ideal para tomar el pulso a la vida cotidiana. Uno de los establecimientos más emblemáticos es el Café Novelty, inaugurado en 1905. Por cierto: es aquí donde comienza la acción de la película Mientras dure la guerra (2019), de Alejandro Amenábar.
Tampoco hay que dejar de descubrir las dos catedrales de Salamanca. Se trata de la catedral de Santa María o Catedral Vieja, levantada entre los siglos XII y XIV, y la catedral de la Asunción de la Virgen, o Catedral Nueva, que fue construida entre los siglos XVI y XVII, combinando los estilos gótico tardío, renacentista y barroco. En uno de los accesos de este último edificio, la puerta de Ramos, encontrarás la escultura de un astronauta, fruto de una restauración realizada en época más reciente.
Y ya que hablamos de prestar atención a las fachadas del centro histórico de Salamanca, resulta obligado centrarnos en la Universidad de Salamanca, una maravilla arquitectónica que data de 1529 y que está considerada obra maestra del plateresco español. Una de las costumbres más arraigadas entre los turistas es tratar de localizar una pequeña rana que decora el exterior del edificio. Dice la tradición que, los estudiantes que consigan dar con ella, aprobarán todos sus exámenes. ¿Te atreves? Eso sí: ya te adelantamos que no es sencillo. Pero aún quedan más sorpresas: la antigua Biblioteca de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca —hoy, una capilla—, se conserva una bóveda decorada con una pintura mural de Fernando Gallego: el Cielo de Salamanca, en el que aparecen representadas diversas constelaciones. Esta gema pictórica se culminó en la década de 1480.
Dedica también un tiempo a admirar la original Casa de las Conchas, un palacio urbano gótico y con elementos platerescos. Iniciado en 1493 y acabado en 1517, tiene en su interior un patio con arcos mixtilíneos, una escalinata y un elaborado artesonado. Una leyenda también alude a un tesoro que, supuestamente, se habría escondido tras una de las cerca de 300 conchas que embellecen el edificio, si bien hasta la fecha nadie ha podido encontrarlo.
Aunque menos conocido, otra construcción notable es la Clerecía, nombre que recibe el edificio del antiguo Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, de entre los siglos XVII y XVIII y de factura barroca. Su iglesia exhibe una impresionante fachada de tres cuerpos.
Acércate también al Colegio Mayor de Santiago el Zebedeo, también llamado Colegio del Arzobispo o Colegio Mayor de Fonseca. Fue fundado en 1519 por Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela —de ahí su nombre—, con el fin de brindar a los estudiantes gallegos un lugar en el que estudiar dentro de la Universidad de Salamanca. Es uno de los colegios mayores de Salamanca y más tarde fue denominado Colegio de los Irlandeses o Irish College.
Si bien es mucho menos llamativo que los edificios antes indicados, también puedes acercarte al convento de las Dueñas, un convento dominico femenino que fue construido entre los siglos XV y XVI. Lo encontrarás en la plaza del Concilio de Trento. En esta misma dirección, abre sus puertas el convento de San Esteban, perteneciente a la orden citada. Las obras se prolongaron entre 1524 y 1610 y fueron promovidas por el cardenal Juan Álvarez de Toledo.
Tanto si vas a viajar a Salamanca en pareja como en solitario, haz una visita al romántico huerto de Calixto y Melibea, un jardín de 2.500 m2 que inspiró a Fernando de Rojas para escribir una de las obras más universales de la literatura española de todos los tiempos: La Celestina.
Pásate también por la Cueva de Salamanca, un lugar legendario en el que, según la tradición popular, impartió clases el Diablo. Esta gruta, situada en la Cuesta de Carvajal, 7, corresponde a lo que fue la cripta de la desaparecida iglesia de San Cebrián.
A la entrada de la ciudad, contempla también el puente romano o puente mayor del Tormes, principal acceso a Salamanca por el sur y originario del siglo I de nuestra era. Este trabajo de ingeniería mide un total de 359 m de longitud fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1998. También aparece en el escudo de la ciudad, lo que demuestra su importancia. A la entrada del mismo, se distingue un verraco, que es la estatua más antigua de Salamanca. Su autoría corresponde a los vetones, un pueblo celta dedicado principalmente a la ganadería y que ocupó la zona donde hoy se despliega la provincia salmantina.
También te recomendamos visitar el Museo de Art Déco y Art Nouveau Casa Lis, en la calle de Gibraltar, 14. Se trata de un museo ubicado en un edificio modernista donde se exhiben muebles y objetos representativos de las artes decorativas. Esta institución fue inaugurada en 1995 con fondos de una donación efectuada a la ciudad por el coleccionista Manuel Ramos Andrade. Te aconsejamos que no te lo pierdas, ya que es uno de los mejores museos de Salamanca. Otro tanto podría decirse del Domus Artium 2002, un centro de arte contemporáneo, inaugurado en abril de 2002, con motivo de la Capitalidad Cultural Europea de Salamanca. Esta institución abre sus puertas de martes a domingo a partir de las 12:00 h del mediodía.
Por descontado, desde tu apartamento u hotel en Salamanca, también puedes aprovechar para realizar las mejores excursiones por Salamanca y su provincia. Entre los lugares que no pueden faltar en tu ruta, no hay que dejar de mencionar Ciudad Rodrigo, donde se localiza el castillo de Enrique II de Trastámara, convertido en un parador de turismo, y que da cabida anualmente a uno de los mejores carnavales de España; Béjar, el segundo municipio salmantino por población, cuyo pasado industrial le granjeó el sobrenombre del Manchester de Castilla; el bellísimo pueblo de Candelario, en la sierra de Béjar y miembro de la red Los Pueblos Más Bonitos de España, y la Alberca y Mogarraz, dos preciosos pueblos de la mancomunidad de la Sierra de Francia que descuellan por sus muestras de arquitectura popular. En esta última se enmarca el santuario de la Peña de Francia, perteneciente al término municipal de El Cabaco.