10 consejos para tu viaje a Irlanda

Si existe un color que identifique a Irlanda, ese es el verde. Por sus espectaculares paisajes naturales y el musgo que viste la piedra de sus iglesias y castillos abandonados. Por una de las franjas de la bandera nacional. O tal vez por el trébol, el famoso shamrock, uno de los símbolos de este país anglosajón. ¿Te apetecería completar la lista in situ? Como intuimos cuál va a ser tu respuesta, te recomendamos que no te pierdas estos 10 consejos para tu viaje a Irlanda que hemos preparado para ti.

Eso sí: antes de empezar, no está de más recordar que esta es una tierra de contrastes. Allí conviven la melancolía que inspiran la música celta y los gélidos paisajes del mar del Norte con la algarabía que reina en los pubs. La tradición de la lengua gaélica —por desgracia, prácticamente en desuso— con pueblos y ciudades cosmopolitas que acogen al recién llegado con los brazos abiertos. ¿Preparado/a para comprobarlo en primera persona?

Qué llevar en tu maleta para viajar a Irlanda

El clima irlandés es famoso por sus paisajes de postal. Sin embargo, detrás de sus bucólicos rincones encontramos un clima lluvioso y con temperaturas más bien bajas (suelen registrarse entre 4 °C y 7 °C durante el día en invierno, y en torno a los 20 °C en verano). De ahí que haya que ir bien abrigado/a para tu viaje a Irlanda. Si quieres que nada te impida disfrutar de tus vacaciones en Irlanda, toma nota de lo que no debe faltar en tu maleta: un chubasquero, un paraguas, calzado cómodo y cerrado, ropa de abrigo —aunque tengas en mente viajar a Irlanda en verano— y, si tu escapada coincide con la estación más fría del año, sombrero, bufanda y guantes. Si tienes previsto moverte por Irlanda en coche, no te olvides del carné de conducir. En cuanto a la corriente eléctrica, está es igual que en la gran mayoría de países de Europa occidental (220 V). Por lo tanto, si vienes de un país del Viejo Continente, no necesitarás incluir un adaptador en tu equipaje.

Qué ver en Dublín: lo que no puedes perderte

Tomar un vuelo a Dublín es la forma más rápida y económica de llegar y empezar tu viaje a Irlanda. Además, no hay que perder de vista que esta ciudad de medio millón de habitantes es la capital del país, así como uno de sus principales atractivos turísticos. Nuestra recomendación es que dediques al menos un par de días para visitarla.

Entre los principales reclamos de Dublín, destacan The Spire o monumento de la Luz, una estructura de forma cónica construida en 2003, de 120 m de altura y visible desde diversos puntos. Tampoco hay que olvidarse de catedral de San Patricio (1192), dedicada al patrón de Irlanda y situada cerca de la fuente donde el santo bautizaba a los nuevos cristianos, ni de la catedral de la Santísima Trinidad. Allí está enterrado Jonathan Swift, el autor de Los viajes de Gulliver. También debes pasarte por el Trinity College (1751), sede de la universidad más importante del país y poseedora de una magnífica biblioteca; el edificio de Correos (1818), la estatua de Molly Malone (1988), un personaje que inspiró el himno no oficial de la ciudad; el castillo de Dublín (siglo XII), la antigua prisión de Kilmainham Gaol (1796), la animada calle de Grafton, el Stephens Green Park y el Phoneix Park, donde, con un poco de suerte, podrás ver ciervos en libertad. Sin duda, algo que hay que ver en Dublín sí o sí.

Prueba la cerveza irlandesa

No es un secreto para nadie que la cerveza irlandesa se cuenta entre las mejores del mundo. Ni que Dublín es el destino ideal para sumergirse de lleno en el mundo de lúpulo y la cebada. Para ello, cuentas con un sinfín de pubs, aunque tal vez el más conocido sea Temple Bar, situado en el barrio homónimo. Ahora bien: si quieres conocer mejor el contexto histórico de la bebida nacional de Irlanda, también puedes visitar la Guinness Storehouse, una antigua fábrica cervecera donde te acercarás al nacimiento y la evolución de esta marca, y desde donde disfrutarás de unas vistas de 360 grados sobre Dublín simplemente impresionantes. No obstante, además de la cerveza Guinness, hay otras marcas recomendables, como Murphys, O’Hara o Smithwicks. Cheers!

Ríndete a los platos típicos de la gastronomía irlandesa

La cocina irlandesa es un fiel reflejo del clima de esta isla del Atlántico Norte, así como de la influencia de la cultura irlandesa, inglesa y escocesa (esta última, solo en el caso del Ulster).  Entre los platos típicos irlandeses, te recomendamos probar el estofado irlandés, a base de cordero o cabrito; el boxty, una especie de panqueque con patata, y el colcannon, un puré de patata con col rizada o col y mantequilla. Del mismo modo, también te animamos a empezar el día con energía, probando el desayuno irlandés tradicional. Aunque no todo el mundo se apunta a meterse entre pecho y espalda unas alubias o unas tiras de beicon frito a los pocos minutos de despertarse, puedes probar con el porridge, unas nutritivas gachas de avena de origen escocés. Por cierto: si pides agua en un bar o restaurante de Irlanda, esta suele ser gratis. ¡Que aproveche!

Cómo moverte por Irlanda

Por sus modestas dimensiones —posee una superficie de 70.273 km²—, Irlanda es un país perfecto para hacer rutas en coche. Sin embargo, no hay que perder de vista que posee pocas autopistas, y que, si decides realizar los trayectos por carretera, la velocidad media permitida está en torno a los 70 km/h. Todo ello sin olvidar el gran escollo de ponerte al volante, a menos que vivas en Reino Unido: como en este último estado, el volante de los coches está en el lado derecho. De ahí que, si únicamente tienes previsto viajar de Dublín a Galway durante tu viaje a Irlanda, en la costa oeste irlandesa, una de las opciones más cómodas es ir en tren, un medio de transporte que cubre la ruta entre ambas ciudades en apenas 3,5 horas. Por otro lado, si vas a ir de Dublín a Belfast, la capital de Irlanda del Norte, una buena opción es el autocar, ya que es una opción muy económica, al igual que ocurre con los autobuses urbanos de Dublín. No así con los taxis dublineses, por lo general bastantes caros.

Qué visitar en Galway

En esta pequeña ciudad costera de 80.000 habitantes, situada en la costa occidental del país, encontrarás el contrapunto perfecto al ajetreo de Dublín. Tranquila, aunque con todos los servicios, este destino es un must no solo por su innegable atractivo, sino porque existen un sinfín de excursiones para hacer desde Galway, como veremos unas líneas más abajo.

Pero vayamos paso a paso: en el casco urbano, existen muchos lugares de visita obligada, como la iglesia colegiata de San Nicolás, el castillo de Lynch’s, King’s Head, los cañones de Eyre Square, la piedra monumento a Cristóbal Colón, el puente del Salmón y, por supuesto, el muelle de Ballyknow, en el puerto de Galway. Mención aparte merecen sus casitas de colores, que son una auténtica delicia. 

Las mejores excursiones desde Galway

Como hemos señalado en el punto anterior, esta ciudad irlandesa es el punto de partida idóneo para realizar excursiones por Irlanda en autocar. Entre las más populares, destacan las que permiten conocer la región de The Burren, cuyo paisaje cárstico te dejará sin palabras. En algunos casos, la ruta incluye una parada frente al precioso castillo de Dunguaire para sacar fotos, así como en el dolmen de Poulnabrone (‘Agujero de Penas’, en gaélico). Otra opción más que recomendable es hacer un tour guiado por Connemara y la abadía de Kylemore, dos de los tesoros arquitectónicos del oeste de Irlanda. Y lo mismo podría decirse de las islas de Aran, un archipiélago de tres islas que te cautivará por sus restos de construcciones celtas, las ruinas de sus iglesias y sus tradicionales cottages, casas de campo con un recubrimiento vegetal.

Todas estas excursiones pueden contratarse en cualquiera de las agencias de viaje que abundan en el centro de Galway. Se trata de actividades guiadas que se realizan en autocar, menos la de las islas de Aran, que también incluyen el traslado en barco desde un pequeño pueblo de la costa, al que te llevarán en bus. No obstante, una vez en una de las islas, deberás contratar el tour por separado.

De todos modos… ¿no echas en falta algo?

Escápate a los acantilados de Moher

Claro que sí: entre nuestros consejos para viajar a Irlanda, no podía faltar uno de los grandes emblemas del país: los acantilados de Moher (o Cliffs of Moher, en inglés), situados en el límite suroccidental de la región de The Burren, cerca de Doolin. Estas espectaculares formaciones geológicas, consideradas como los acantilados más altos de Europa occidental, están compuestos principalmente de pizarra y piedra arenisca. Se elevan 120 m sobre el océano Atlántico en el punto llamado Hag’s Head y se extienden a lo largo de 8 km, llegando a alcanzar una altura máxima de 214 m. Allí también puede verse la torre de O’Brien (O’Brien’s Tower), una construcción de piedra de planta circular levantada por Sir Cornellius O’Brien en 1835.

Visita Irlanda del Norte 

Aprovecha tus vacaciones en Irlanda para visitar el otro país que convive con la República de Irlanda en la misma isla: Irlanda del Norte o Ulster, perteneciente a Reino Unido. ¿Por qué hacer este desplazamiento? Baste mencionar la Calzada del Gigante (Giant’s Causeway, en inglés) es un conjunto de unas 40.000 columnas basálticas agrupadas, resultado de una erupción volcánica que tuvo lugar hace 60 millones de años. Situada a unos 3 km al norte de Bushmills y en el condado de Antrim, esta maravilla fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. La mayoría de estas columnas son hexagonales, lo que les da un aspecto aún más imponente y desconcertante.

Durante tu visita, aprovecha también para conocer la capital norirlandesa, Belfast. Sobre todo, no dejes de contratar una visita guiada para descubrir los coloridos murales que cubren la ciudad y que resumen la difícil historia reciente de esta localidad.

Qué comprar en Irlanda  

Entre los souvenirs irlandeses que no pueden faltar en tu maleta de viaje a Irlanda, destacan las cervezas, preferentemente las negras, así como todo el merchandising asociado a las principales marcas cerveceras; el Barry’s Tea, un té negro muy aromático y originario de la ciudad de Cork; el salmón ahumado, el tradicional muñeco verde inspirado en San Patricio, las sudaderas de estética universitaria, para quienes tengan en mente viajar a Dublín; los kits de jardinería para plantar tréboles, los artículos fabricados con el cristal irlandés o, si el destinatario del regalo tiene un buen dominio del inglés, algún libro de Oscar Wilde o Joyce, dos de las plumas irlandesas más universales.

Hasta aquí nuestros consejos para tu viaje a Irlanda, a lo que habría que añadir que no dejes de consultar nuestras promociones y ofertas de vacaciones.

¿Tienes alguna otra recomendación? En ese caso, no dudes en enviárnosla. ¡Nos encantará conocerla!

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